Estoy esculpiendo un niño
Con ojos enormes
que miren con asombro
Y un corazón que le llegue
Justo desde hombro a hombro
Le añadiré dos manos generosas
Que sujeten y ayuden
Y estén llenas de cosas
Pero para regalarlas, jamás para atesorarlas
Su piel tendrá todos los colores
De cuadritos, con rayas
De lunares, con flores
En cada uno de sus dedos
Se hallarán mil sabores,
A vainilla, canela,
fresa dulce y turrones
En cada cabello trescientos olores
A retama, a tomillo,
Una a una, todas las flores
En su voz solo música
Y entre los calderones
hay agudos, y graves,
Sostenidos, bemoles
Tendrá que ser inmortal
Al menos durante un tiempo
Porque un ser tan especial
A muchos molestará
Y querrán matarle presto
No se si el mundo estará
Preparado para esto
Y tal vez resulte hasta molesto
Ha de ser inasequible al desaliento
Capaz de entre la pena estar contento
Enterrar las guerras
Entre arenas y estrellas
Compartir el agua
De todas las botellas
Pelar una naranja y regalar
Los gajos uno a uno
A quienes se quieran acercar
Que sepa limpiar la envidia
Con esponjas generosas
Que pueda deshacer el odio
Con pétalos de rosa
Que pueda forjar una vida mas hermosa
Pero viendo el mundo como es
Que cada día está mas del revés
Me temo que cuando termine
De esculpir tan lindo ser
Bajo siete mil velos
Le tendré que esconder
No se como protegerle
Hasta que esté grande y fuerte
Y predique la vida
Y nos explique la muerte
Pero entre todos
Podremos cobijarle bien
Y así, vivir de otro modo
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