lunes, 11 de octubre de 2010

Terror

Espero no volver a oír jamás ese sonido horripilante.
Acepto que estos sean mis últimos momentos, no deseo seguir viviendo.
Estoy como tantas veces, tendida, derrotada, confundida con el entorno, sin alcanzar a ver donde termina mi cuerpo y donde comienza el suelo.
Se que ha sido así antes.
Recuerdo vagamente haber estado encerrada anteriormente. Sola en ocasiones, intuyo que acompañada en otras.
Luego oír esa especie de trueno que me estremece y encontrarme fuera de mi cárcel, que era mi refugio, en medio de una batalla en la que puedo divisar, semejantes y enemigos. Muy lejos, o casi codo con codo. Siendo perseguidora o sabiéndome perseguida.
Horrorizada siempre, siempre con frío.
Una fuerza colosal me arrastra sin remisión. Casi nunca atrás. Casi siempre adelante, como una hoja en medio de la nada, a merced de todo.
Recorrido corto. Parada. Intensa carrera que no se a donde me conduce. Parada.
Me temo que no hay puerta a la libertad que de algún modo pueda ser cruzada.
Luego, tras un tiempo que no soy capaz de calcular, la batalla me arrincona en el fondo de una escalera. A duras penas, sangrante, voy subiendo, arrastrándome, clavando las uñas, desarbolada. A mi alrededor, altos precipicios me ahogan en colores que siempre se confunden con mi cuerpo.
Al llegar a la cima, exhausta, me rodea, me aprisiona, me ahogan muros negros que delimitan un triángulo amarillo.
Busco cobijo, sin fuerzas, doliente, esperando que me dejen morir y que nada me arranque de mi semiinconsciencia. Dame señor esta muerte dulce, ve apagando mis sentidos, deja que me disuelva y sea parte de este suelo.
No soy escuchada. Sin el mas mínimo cuidado vuelven a arrancarme de mi ataúd con fuerza inusitada, me aprisionan y me devuelven a la cárcel que ya conozco.
No estoy sola, hay tres prisioneros mas que se me parecen.
No, por favor, nooooooooooooo.
Vuelvo a oír ese sonido, como un terremoto, apoderándose de mi cabeza.
Luego, la caída, de una nueva bomba infernal.
Lo se, si, lo se. Los otros parecen no ser conscientes.
Se que de nuevo comienza mi suplicio.
¿Hasta cuando?…..Piedad, tened piedad.


- Tira tu primero, a ver quien sale, ahora me pido yo las amarillas….

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