lunes, 17 de marzo de 2014

Adoptando

He adoptado una mota de polvo
que huérfana estaba
Nadie la adoptaba

He adoptado un rebaño de cabras
con rizos y barbas
que nadie cuidaba

He adoptado una vieja campana
que ya ni sonaba
Y así he ido llenando mi casa
de cosas inútiles aparentemente

Pero aunque me llamen demente
a todos cobijo sean vivos o no

Porque así soy yo

He escuchado el quejido de un muerto
que estaba en su caja.
He sentido su miedo escuchando
la tierra que echaban



Cuando le sepultaban

Y le he dicho con mucho cariño
que podía seguir su camino
que su tiempo en la Tierra
se había terminado

Y así se ha calmado

Me echo encima de hombros mortales
todos los trabajos sean o no terrenales
cual si fuese un Hércules elegido


Y aún así vivo

Ya ni siquiera se lo que es raro
Ya ni siquiera se lo que es normal
pero no me va mal....

El peso del Mundo no podré sostener
pero aún así lo intento
y no me arrepiento.

La mota de polvo se ha socializado.
La campana por fin ha sonado.
Y el muerto que no está en su tumba
se convirtió en polvo, que ahora me saluda.

En fin, los trabajos de Persiles y Segismunda
se han quedado enanos
con los que me encargan mis amigos alados.


Son mis aliados para mantener
los piés en el suelo, mi escasa cordura
y una sonrisa eterna
de la cuna a la tumba.

La Rioja, 17 Marzo 2014

 

 

1 comentario:

António Eduardo Lico dijo...

Bella poesia.
Buena semana.