He perdido el ojo de la aguja
Y no hay modo de enhebrar el hilo.
He perdido la punta de mi lápiz
Y ahora no hay modo de poner nada
Por escrito
He perdido el autobús
Aunque nunca subo
Se que lo he perdido
He perdido el tren
No encontré la estación
Tal vez se haya escondido
He perdido el tiempo
En un lugar
Lleno de relojes
He perdido la paciencia
Y me he portado como un equino
Dando coces
He perdido muchas voces
Que me hablaban al oído
Y he perdido hasta un marido
Cuando me ponga a buscar
Y vea de mis despistes
Lo que no quiero encontrar
Es justo el marido
Que está muy bien perdido
No he perdido la sonrisa
Que siempre la llevo puesta
Quizás por eso tampoco
He perdido la cabeza
No he perdido la infancia
Que va siempre conmigo
Y he perdido la ignorancia
De cosas que ya he aprendido
He aprendido a tirar del hilo
Pero también he aprendido
Que a veces no es conveniente
Desenredar el ovillo
He aprendido que a menudo
Reluzco y brillo
Y he aprendido a no deslumbrar
Aunque a veces no lo he conseguido
He aprendido que estoy
Siempre a gusto conmigo
Por eso no suelo dejarme
Sola en ningún sitio
He aprendido a ir y a venir
A dar, mas que a recibir
He aprendido a compartir
Y he aprendido a escribir
Lo que quiero, y eso escribo
Y he aprendido a no perder
Los estribos
He aprendido a moverme
Entre amigos
Por eso vengo al Club cada día
Por los que cuentan conmigo
Porque a querer
A muchos que no conozco
A eso, también he aprendido
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