He sembrado un poema entre unos mimbres
Para que creciesen rimas entretejidas
Que hablasen de la muerte y de la vida
Y contasen de alegrías y de penas
Saldrán versos con sabor a manzanilla.
Saldrán otros con color de luna llena.
Llenaran el ambiente con olores
Y traerán murmullos de verbena.
Cuando no sea primavera traerán flores
Cuando llegue el invierno, una candela
Cuando nazca el otoño serán hojas
Y durante el verano brisa fresca
Si me encuentro cansada, tu sonrisa
Si me sintiese triste una canción
Si me hayan desganada una caricia
Y si me coge el frío un corazón
Que me arropa lo mismo que un mantón
Aunque me siente a la orilla del río.
Y no habrá ni humedad, ni viento frío
Que pueda traspasar su protección
No preciso alimento que no sean
Las letras de un poema así creado
Serán mi protección y mi sustento
Los días que a tu lado, no me hallo.
Completa sus estrofas cuando gustes
Que aunque no rimen, no buscaré fallo
La vida es un poema, si la vives
Y vivirla es justo, y necesario.
1 comentario:
Sembrar poemas, sembrar versos, y seguir sembrando; la cosecha irá llegando, de a poco, naturalmente... suerte en esa siembra, querida.
Besos, Pat
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